SOBRE
LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS INSTITUCIONES TOTALES
IRVING GOFFMAN
En este texto Goffman examina en general la vida social de las instituciones
Totales. La parte del libro que tenemos para leer trata especialmente sobre la
vida del internado “preso, paciente, religioso” etc. Y su relación con el
personal y la institución. Hace énfasis en el proceso que sufre el yo en estos
lugares. El resumen sigue el orden del texto propuesto por el autor.
Introducción
I
Establecimientos sociales (instituciones, en el sentido corriente de la
palabra): son sitios donde se desarrolla regularmente determinada actividad.
Algunos de ellos son accesibles a cualquier individuo (estación de tren), otros
son más exigentes (laboratorios). En algunos hay un número reducido de miembros
fijos q prestan servicio y una afluencia continua q lo reciben (oficina), otros
comprenden un conjunto estable de participantes (casas).
II
Toda institución absorbe parte del tiempo e interés de sus miembros, o sea,
tiene tendencias absorbentes. Pero en algunas esta característica es mucho
mayor. La tendencia absorbente o totalizadora en ellas esta simbolizada por los
obstáculos que se oponen a la interacción social con el exterior y a la salida de
los miembros, y suelen adquirir forma material (puertas cerradas, muros altos,
alambres de púas, ríos) Goffman las llama Instituciones totales y las clasifica
en:
® Instituciones erigidas para cuidado de personas incapaces e
inofensivas (ancianos, huérfanos)
® Instituciones erigidas para el cuidado de personas incapaces y q
constituyen una amenaza involuntaria (hospitales de enfermos infecciosos,
psiquiátricos)
® Instituciones erigidas para proteger a la comunidad contra quienes
son intencionalmente un peligro para ella (cárceles, campos de concentración)
® Instituciones erigidas para el mejor cumplimiento de una tarea
laboral (barcos, cuarteles, mansiones señoriales –desde el punto de vista de la
servidumbre-)
® Instituciones erigidas como refugios del mundo, con frecuencia
sirven para la formación de religiosos (abadías, monasterios)
III
Un ordenamiento social básico en la sociedad moderna es que el individuo tiene
q dormir, jugar y trabajar en distintos lugares, con diferentes
coparticipantes, bajo autoridades diferentes, y sin un plan racional amplio. La
característica general de las instituciones totales es la ruptura de las
barreras q separan de ordinario estos tres ámbitos de la vida.
1) Todos los aspectos de la vida se
desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma autoridad única.
2) Segundo, cada etapa de la actividad diaria
del miembro se lleva a cabo en la compañía inmediata de un gran número de
otros, a quienes se da el mismo trato y de quienes se requiere que hagan juntos
las mismas cosas.
3) Tercero, todas las etapas de las actividades
diarias están estrictamente programadas, o sea q una actividad conduce en un
momento prefijado a la siguiente, y toda la secuencia de actividades se impone
desde arriba, mediante un sistema de normas explicitas, y un cuerpo de
funcionarios. Finalmente, las diversas actividades obligatorias se integran en
un solo plan racional.
Individualmente,
estas características no son privativas de las instituciones totales, amas de
casa pueden concentrar sus grandes campos de actividad dentro de un área determinada,
pero nadie las gobierna. El hecho clave de las instituciones totales consiste
en el manejo de muchas necesidades humanas mediante organización burocrática de
conglomerados humanos, indivisibles.
En las instituciones totales hay una
división básica entre “internos”, gran grupo manejado, y “personal
supervisor”. Los internos viven dentro de la institución y tienen limitados
contactos con el mundo; el personal cumple una jornada de ocho horas, y esta
socialmente integrado con el mundo exterior, tiende a sentirse superior y
justo. Los internos a sentirse inferiores y débiles, censurables y culpables.
La distancia social entre estos dos está a menudo prescripta. Una de las
funciones de la “guardia” es controlar la comunicación efectiva entre los internos
y el nivel superior. También se restringe el paso de información. Esto da al
personal una base sólida para erigir su dominio y guardar distancias. La
movilidad social entre estos 2 estratos es restringida. Todas las restricciones
ayudan a mantener los estereotipos antagónicos.
El edificio y el nombre de la institución, para los ojos del personal y también
de los internos, llegan a identificarse así como pertenecientes al personal y
no a ellos.
Se van formando dos mundos social y culturalmente distintos, con escasa
penetración mutua. Hay problemas concernientes al trabajo y a la familia.
®Incompatibilidad entre las instituciones totales y el trabajo
remunerado en la sociedad: el individuo q internalizo un ritmo de trabajo
afuera, tiende a desmoralizarse por el sistema de trabajo de la institución
total, ya q acá tienen su día programado, y sus necesidades planificadas, la
autoridad no cesa después del trabajo, y cualquier incentivo propuesto para el
trabajo carece de la significación estructural q tiene en el exterior. A veces
se les da un pago mínimo, ceremonial, como ración de comida, o tabaco para q
permanezcan en sus puestos, otras veces no son recompensas sino amenazas de
castigo físico.
®Incompatibilidad con la familia: el contraste es la cuadrilla. La
fuerza de la institución total depende en parte de la supresión de todo un círculo
de familias reales o potenciales, las cuales proporcionan una garantía
estructural de resistencia permanente contra las instituciones totales. La
institución total es un hibrido social, en parte comunidad residencial, en
parte organización formal.
El mundo interno
I
Lo característico es que los internos lleguen al establecimiento con una “cultura de presentación”
derivada del “mundo habitual”, estilo de vida y rutina que se dan por supuestas
hasta el momento del ingreso. Más allá de la estabilidad de la organización
personal del interno, ella formaba parte de un marco de referencia más amplio.
Las instituciones totales no reemplazan la peculiar cultura propia del
que ingresa, dice que se confronta algo más restringido
que una aculturación. Si la estadía es larga puede ocurrir una
“desculturación”: un desentrenamiento que lo incapacita temporalmente para
encarar ciertos aspectos de la vida diaria en el exterior. Estar “adentro/encerrado”
son circunstancias que no tienen un significado absoluto para el interno,
sino dependiente del significado especial que tenga para él salir o “quedar
libre”. Las IT no persiguen verdaderamente una victoria cultural, sino que crean
y sostienen un tipo particular de tensión entre el mundo habitual y el
institucional usándola como punto estratégico para el manejo de los internos.
II
Apenas llega
se lo despoja de una concepción de sí mismo que ciertas disposiciones sociales estables de su medio habitual hicieron posible, comienza una serie de depresiones,
degradaciones, humillaciones y profanaciones del yo. En esta sección,
Goffman, explica algunas de las agresiones más elementales y directas contra el
yo, varias formas de desfiguración y contaminación a través de las cuales,
el
significado simbólico de los hechos que ocurren en la presencia inmediata del
interno refuta dramáticamente su autoconcepción del yo.
Primera
mutilación del yo: barreras que levantan ente el interno y el exterior, el
ingreso romper sistemáticamente con la programación del rol.
El proceso de
admisión acarrea típicamente otros tipos de pérdidas y mortificaciones, de esto
se encarga el personal y podrían llamarse “de preparación” o “de programación”,
ya que al someterse a esto, el recién llegado permite que lo moldeen y
clasifiquen como un objeto que puede introducirse en la maquinaria
administrativa del establecimiento, para transformarlo paulatinamente,
mediante operaciones de rutina. La primera ocasión en que los miembros
del personal instruyen al interno sobre sus obligaciones de respeto puede
estar estructurada de modo que lo incite a la rebeldía o aceptación
permanentes. Implican un “test de obediencia” y hasta una lucha para quebrantar
la voluntad reacia: el interno que se resiste recibe un castigo inmediato y ostensible cuyo rigor aumenta hasta que se pide perdón. Ambos pueden
considerarse como una forma de iniciación, llamada la “bienvenida”, en la que
el personal, o los internos, o unos y otros, dejan sus tareas para dar al
recluso noción clara de su nueva condición.
Pueden utilizarse apodos como “gusano” o “basura” para recordarle que essimplemente
un interno con un estatus especialmente bajo aún dentro de un grupo inferior.
Procedimiento de admisión: despedida (desposeimiento de toda propiedad, importante porque las
personas extienden su sentimiento del yo a las cosas
que les pertenecen) y comienzo, con el punto medio señalado por la
desnudez física. Luego, se hacen reemplazos: revisten la forma de entregas comunes,
de carácter impersonal, distribuidas uniformemente, llevan marcas ostensibles,
indicadoras de que pertenecen a la institución. Se los despoja de su acostumbrada
apariencia y de instrumentos y servicios con los que la mantiene. Sufre una desfiguración
personal. El ajuar que se entrega al interno para sustituir efectos
personales pertenece a la calidad más grosera, no corresponde a su medida
y a menudo consiste
en prendas viejas, iguales para clases muy diversas de internos.
De esto se sigue una desfiguración más grave:
mutilaciones del cuerpo directas y permanentes.
Esta
mortificación del yo a través del cuerpo se encuentra en pocas IT pero hace que
se pierda seguridad personal lo que fundamenta ciertas angustias relativas a
una posible desfiguración. Golpes, terapias de shock o en hospitales
psiquiátricos las cirugías suele provocar la impresión de encontrarse en un
ambiente que no garantiza su integridad física. Después del ingreso, la imagen
del yo puede presentarse de otra forma. Las palabras y actos indignos (como
hacerles comer todo tipo de alimentos con cucharas) corren parejas con el ultrajante
trato que reciben. El individuo tiene que
participar en una actividad de la que derivan consecuencias simbólicas
incompatibles con su concepción del yo. (Obligación a cumplir
rutina diaria que le es ajena y lo desidentifica).Una forma de mortificación
ulterior se manifiesta ya en el ingreso, bajo la forma de una exposición
contaminadora: se traspasa el linde que el individuo ha trazado entre su ser y
el medio ambiente y se profanan las encarnaciones del yo.
Tipo más
notorio: el de carácter físico que mancha o salpica el cuerpo u otros objetos
íntimamente identificados con el yo. Una forma de contaminación física común se
refleja en protestas por comida en mal estado, alojamientos en desorden, toallas manchadas, etc. En algunas se los obliga a tomar
medicamentos por vías orales o endovenosa y a comer su comida por más
desagradable que sea. Cuando el agente de contaminación es otro ser humano, se
produce una suplementaria (por el contacto interpersonal forzado). También, por
la costumbre de mezclar grupos de edades, pueblos y razas diferentes en las
prisiones y hospitales psiquiátricos haciendo que el interno se sienta
contaminado por el contacto de compañeros indeseables. Ejemplo: sistema de
apodos. Otro tipo de exhibición contaminadora, introduce
a un extraño en la relación íntima de un individuo con los otros
significativos, tal como el carácter obligatoriamente públicodelas visitas. Otra forma más pronunciada ocurre en las confesiones dispuestas
institucionalmente, como cuando hay que denunciar al otro significativo y en particular,
cuando esté físicamente presente, la confesión de la relación ante extraños
puede acarrear una contaminación intensa de la relación misma, y a través de
ésta, al yo.
III
Una fuente de mortificación menos directa es la ruptura de la relación habitual
del actor con sus actos. La primera ruptura es el “looping”: un estímulo
origina una reacción defensiva en el enfermo, y toma esta reacción como
objetivo en su próximo ataque. El enfermo comprueba q su reacción defensiva
falla en la nueva situación, no puede defenderse ya como de costumbre, poniendo
distancia entre la situación mortificante y su yo. (Reacciones expresivas de
autoprotección el personal puede tomarlas como insolencias y reprimirlas
punitivamente).
Además en las
instituciones se juntan las diferentes esferas de la vida, y la conducta de un
interno en un campo de la actividad es echada en cara en otro contexto.
Ahora bien,
hay un sector de la actividad en la q la autoridad no interviene, y es cuando
uno se toma unos minutos en terminar algo y después comer. Pero en las IT el
personal puede someter a reglamentos y juicios, segmentos minúsculos de la
línea de acción de una persona. Desbarata así la economía de acción de una
persona, que es obligada a pedir permiso o elementos para actividades menores.
Esta obligación impone al individuo un rol de sometimiento e invalidez
antinatural y deja la línea de acción del enfermo expuesta a intromisión del
personal. Dos aspectos de esta tendencia a la multiplicación de reglas:
1) Estas reglas suelen conectarse con la
obligación de realizar la actividad al unísono. Regimentación.
2) Estas reglas difusas se dan en un
sistema jerárquico. Cualquier miembro del personal tiene ciertos derechos para
disciplinar a cualquier interno, lo que aumenta las probabilidades de sanción.
Con estas dos, el interno vive atormentado por la ansiedad crónica de
quebrantar reglas y sufrir la consecuencia inevitable.
IV
Procesos de
mortificación: 3 líneas.
1) Las instituciones sociales desbaratan o
violan los actos q en la sociedad civil cumplen la función de demostrar al
actor que tiene cierto dominio sobre su mundo (autodeterminación, autonomía,
libertad). La pérdida de comodidades materiales puede acarrear perdida de
autodeterminación, la represión de la autonomía ya resulta de estar encerrado,
o con camisa de fuerza.
2) La fundamentación lógica con que intentan
justificar las agresiones del yo. Se clasifican en tres grupos diferentes:
® Instituciones religiosas: los reclusos y la superioridad procuran
consumar activamente las disminuciones del yo. Automortificación.
®Campos de concentración y cárceles: algunas mortificaciones se
admiten por su poder mortificante, pero acá el interno ya no acepta ni facilita
la destrucción de su propio yo.
®Instituciones restantes: se justifican con criterios como higiene,
responsabilidad por la vida (alimentación forzada), capacidad de combate
(apariencia personal en militares).
En las tres, esas argumentaciones suelen ser simples
racionalizaciones q tienen su origen en los esfuerzos por manejar diariamente
un grupo grande de personas en un espacio reducido y con poco gasto de
recursos.
3) La relación entre este marco de referencia,
de interacción simbólica y el modo de referencia psicofisiológico convencional
centrado en la “tensión”.
El individuo y los otros deben “interpretar” los ordenamientos
sociales, para encontrar la imagen del yo propio q ellos implican. La mortificación
del yo implica una aguda tensión psíquica en el individuo. Pero a veces esta
tensión puede producirse por otras causas como falta de sueño, mala
alimentación. También un alto grado de ansiedad o privación de cosas pueden
exagerar el efecto psicológico de la violación de los límites del yo, aunque
estos factores no tengan nada q ver con la mortificación q vimos.
Entonces, la tensión y las agresiones contra el yo pueden estar ligadas
empíricamente, pero son de dos marcos de referencia distintos.