El Panoptismo
Con la intención de describir y analizar la
sociedad disciplinaria y la evolución de las formas de control social, al comienzo del capítulo el autor propone el
ejemplo de las medidas de vigilancia llevadas a cabo ante la amenaza de la
peste a fines del siglo XVIII.
Estas
medidas fueron: una estricta división espacial, la privación de salir de la
zona bajo la pena de la vida, la división de la ciudad en secciones distintas,
la ordenanza a cada cual de encerrarse en su casa y, de ser necesario salir,
hacerlo por turno y evitando todo encuentro. La inspección funciona sin cesar.
Esta vigilancia es apoyada por un sistema de registro permanente. De todo lo
que se advierte en las visitas se toma nota y esto es transmitido a la intendencia
y a los magistrados. A los individuos se los inserta en espacios cerrados,
recortados, vigilados en todos sus puntos, donde todo lo que sucede está
registrado. El autor señala que ante la forma de desorden de la peste se
contrapone el orden de la disciplina.
Luego,
el autor compara la lepra con la peste. Las toma como dos maneras de ejercer el
poder sobre los hombres, de controlar sus relaciones. A la primera responden
esquemas de exclusión, a la segunda los esquemas disciplinarios. El leproso es
exiliado-clausurado, encerrado. A los apestados se los individualiza, articula
y subdivide. La lepra está marcada, la peste analizada y repartida.
La
ciudad apestada se entiende como atravesada por jerarquías, la vigilancia, la
inspección: es la utopía de la ciudad perfectamente gobernada.
El
autor señala, además, que todas las instancias de control individual funcionan de
dos modos:
·
El de la división binaria y la marcación: loco-no loco;
peligroso-inofensivo, normal-anormal.
·
El de la asignación coercitiva y la distribución diferencial:
quién es, dónde debe estar, por qué caracterizarlo, cómo reconocerlo, cómo
ejercer sobre él una vigilancia constante, etc.)
Luego,
como otra forma distinta de esquema disciplinario, el autor se propone analizar
el Panóptico de Bentham, figura arquitectónica de esta composición
disciplinaria. Esta figura del sistema carcelario fue pensada y diseñada como
una construcción en forma de anillo con una torre en el centro donde se ubica
el que vigila. La construcción periférica o en forma de anillo está dividida en
celdas que son vigiladas y vistas desde la torre central. El objetivo de este dispositivo es el de permitir al guardián que
se ubique en la torre central observar a todos los prisioneros, recluidos en
celdas individuales alrededor de la torre, sin que estos puedan saber si son
observados. El individuo es
visto, pero él no ve.
A la
masa compacta y la multitud se contraponen una multiplicidad enumerable y
controlada.
Foucault
señala que el efecto mayor del Panóptico es el de inducir en el detenido un estado consciente y permanente de
visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder. Esto
quiere decir que, al saber que puede ser observado en cualquier momento, el
individuo se autodisciplina: la vigilancia se ejerce también sobre uno mismo. Los detenidos se hallan insertos en una
situación de poder de la que ellos mismos son portadores. Foucault menciona que
el mismo Bentham sentó el principio de que el poder debía ser
·
Visible, porque el detenido tendrá siempre la silueta de la
torre central desde donde es observado.
·
Inverificable, porque nunca sabrá en qué momento exacto está
siendo observado y vigilado.
Por
lo tanto, no importa quién ejerce el poder, cualquier individuo puede hacer
funcionar la máquina. El Panóptico es
una máquina que fabrica efectos homogéneos de poder. Además, para ejercer
este poder y obligar al individuo a la buena conducta no es necesaria la
utilización de fuerza. El individuo que está encerrado y sometido a la
posibilidad de ser visto constantemente reproduce por sí mismo las coacciones
del poder. Cuanto menos visible y corpóreo sea este ejercicio del poder, más
profundamente adquirido y arraigado se encontrará en quien es vigilado.
El
autor dice que esta preocupación de la observación individualizadora, esta
disposición analítica del espacio es su “aspecto
jardín”. Y agrega que en cuanto al “aspecto
laboratorio”, el Panóptico puede ser utilizado para experimentar, modificar
el comportamiento, manipular la conducta de los individuos.
A
su vez, en el Panóptico el poder también se puede ejercer sobre sus empleados,
como enfermeros, médicos, maestros, guardianes. Por ejemplo, un inspector puede
aparecer sin aviso en el centro del Panóptico y observar y juzgar cómo funciona
el establecimiento.
Tanto
su análisis sobre la peste como su análisis del Panóptico muestran cómo fue
transformándose y evolucionando el programa social disciplinario. Para Foucault
esta idea del panóptico es un ejemplo o modelo de funcionamiento, una manera de
definir las relaciones del poder con la vida cotidiana de los hombres. Esto
quiere decir que Foucault toma este dispositivo no ya como la imagen de un edificio,
sino como un diagrama de un mecanismo de
poder referido a su forma ideal. Es para él, una figura de tecnología política.
Funciona
como imagen de un modelo disciplinario con una forma específica de distribución
de los cuerpos en el espacio determinado, de distribución de los individuos
unos con otros, de organización jerárquica, de disposición de los centros y
canales de poder, de definición de sus instrumentos y sus modos de intervención
que se puede utilizar en cualquier institución y organización donde haya una
multiplicidad de individuos a los que imponer una tarea o conducta determinada.
El
Panóptico permite perfeccionar el ejercicio del poder porque:
•
Puede reducir el número de los que lo ejercen, a la vez que multiplica
el numero sobre quienes se ejerce
•
Permite intervenir a cada instante, y la presión constante actúa aun
antes de que las faltas, los errores, los delitos, se cometan.
•
Su fuerza estriba en no intervenir jamás directamente, en ejercerse
espontáneamente y sin ruido, en constituir un mecanismo cuyos efectos se
encadenan los unos a los otros.
•
Actúa directamente sobre los individuos sin otro instrumento que una
arquitectura y una geometría.
Contrario
a la ciudad apestada, que ofrecía un modelo disciplinario violento, el Panóptico tiene un poder de
amplificación. El Panoptismo es el principio general de una nueva “anatomía
política”, cuyo objeto y fin son la relación de DISCIPLINA que atraviesan el
cuerpo social.
Foucault
señala que hay dos imágenes o esquemas de la disciplina:
·
Por un lado, la disciplina bloqueo: institución cerrada,
vuelta hacia funciones negativas: detener el mal.
·
Por otro lado, la disciplina-mecanismo (propia del panoptismo): aquí se trata de un
dispositivo funcional que debe mejorar el ejercicio del poder volviéndolo más
rápido, más eficaz, un diseño de las
coerciones sutiles para un sociedad futura.
El
movimiento que va de un esquema a otro reposa en una transformación histórica:
la extensión progresiva de los dispositivos de disciplinas a lo largo de los S.
XVII y XVIII. Toda una generalización disciplinaria. Esta extensión de las
instituciones disciplinarias es el aspecto más visible de transformaciones más
profundas:
·
La inversión funcional de las disciplinas:
Antes se les pedía que neutralizaran los peligros y evitaran problemas. Ahora,
se les pide que tengan un papel positivo, haciendo que aumente la utilidad de
los individuos. Tiene que ver con la búsqueda de la eficiencia de los
individuos. El autor afirma que “las disciplinas funcionan cada vez más como
unas técnicas que fabrican individuos útiles”.
·
La enjambrazón de los mecanismos disciplinarios:
Mientras
que se multiplican los establecimientos de disciplinas, sus mecanismos tiene
cierta tendencia a “des-institucionalizarse”, a salir de las fortalezas
cerradas en que funcionaban y a circular en estado “libre”; las disciplinas
masivas y compactas se descomponen en procedimientos flexibles de control, que
se pueden transferir y adaptar. Se ven también difundirse los procedimientos
disciplinarios, a partir no de
instituciones cerradas, sino de focos de control diseminados en la sociedad.
·
La nacionalización de los mecanismos de disciplina:
La organización del aparato policíaco del siglo XVIII deja
ver una generalización de las disciplinas que alcanza las dimensiones del
Estado.
La policía del siglo XVIII suma a su papel de auxiliar de la
justicia una función disciplinaria. Une el poder absoluto del monarca a las más
pequeñas instancias de poder diseminadas en la sociedad. El autor asegura que el control policíaco
tiene una “doble entrada”: responde a la voluntad del rey pero también a las
solicitudes “desde abajo”.
El poder policíaco debe actuar sobre todo: se trata de un
control que llega a lo más elemental, que debe ejercer el poder a través de
instrumentos de vigilancia permanente, exhaustiva, omnipresente, capaz de
hacerlo todo visible, volviéndose ella misma invisible. Esta incesante
observación debe acumularse en registros e informes que han ido complejizándose
a lo largo del siglo XVIII.
Foucault afirma que la disciplina
“es un tipo de poder”. No se trata únicamente de una institución o un
aparato, sino de una modalidad para
ejercer este poder, y para lo cual debe
poner en práctica una serie de instrumentos, de técnicas, de procedimientos, de
metas. Asegura que se trata de una
“anatomía” del poder, una tecnología.
Se puede hablar, por lo tanto, de una sociedad disciplinaria
que va desde las disciplinas cerradas hasta el mecanismo indefinidamente
generalizable del “panoptismo”.
Foucault toma a Julius, quien analiza las formas de ejercer
el poder modernas. Esta forma de ejercer el poder responde a las necesidades
propias de la Edad Moderna. A diferencia de la Antigüedad, donde los problemas
eran la comunidad y la vida pública, poniendo el espectáculo como respuesta a
estas necesidades sociales, la Edad Moderna tiene por elementos principales a
los individuos por un lado y al Estado por el otro, separados. Ya no es a
través del espectáculo, sino que ahora el Estado interviene en la vida de las
personas utilizando y dirigiendo la construcción y la distribución de edificios
destinados a vigilar al mismo tiempo a una multitud de hombres.
Lo que Julius veía como un proceso histórico, Bentham lo
había pensado como un programa técnico. La nuestra es la sociedad de la
vigilancia, no del espectáculo.
La
formación de la sociedad disciplinaria remite a cierto número de procesos
históricos (de tipo económicos, jurídico-político y científicos):
1- Las
disciplinas son técnicas para garantizar la ordenación de las multiplicidades
humanas. Las disciplinas tienen un
triple objetivo:
a. hacer
el ejercicio del poder lo menos costoso posible.
b. Hacer
que los efectos de poder alcancen su máximo de intensidad y se extiendan lo más
lejos posible.
c. Ligar
el crecimiento económico del poder y el rendimiento de los aparatos en el
interior de los cuales se ejerce (aparatos pedagógicos militares, industriales,
médicos).
Este triple objetivo responde a una coyuntura histórica
específica: el impulso demográfico del siglo XVIII y el crecimiento del aparato de
producción, cada vez más extenso, complejo y costoso. Se utilizan
técnicas de poder que permiten ajustar la multiplicidad de los hombres y la
multiplicación de los aparatos de producción, característicos del sistema
económico capitalista. En esta tarea de ajuste
la disciplina debe resolver una serie de problemas, debe oponer a la fuerza
intrínseca de la multiplicidad el procedimiento de la pirámide continua e individualizante (verticalidad,
jerarquía).
La disciplina tiene que hacer jugar las relaciones de poder
no por encima, sino en el tejido mismo de la multiplicidad, de la manera más
discreta posible y mejor articulada.
Los dos procesos que describe Foucault, de acumulación de los
hombres y acumulación del capital, no pueden ser separados: no se habría podido
resolver el problema de la acumulación de los hombres sin el crecimiento de un
aparato de producción capaz de mantenerlos y de utilizarlos.
El crecimiento de una economía capitalista ha exigido la
modalidad específica del poder disciplinario, cuyas fórmulas generales pueden
ser puestas en acción a través de los regímenes políticos, de los aparatos o de
las instituciones diversas.
2- El
régimen representativo permite que directa o indirectamente, la voluntad de
todos forme instancia fundamental de la soberanía; las disciplinas dan garantía
de la sumisión de las fuerzas y de los cuerpos. Han constituido el subsuelo de
las libertades formales y jurídicas. El “panoptismo” ha trabajado en
profundidad las estructuras jurídicas de la sociedad para hacer funcionar los
mecanismos efectivos del poder en oposición a los marcos formales que se había
procurado. Además, mientras que los sistemas jurídicos califican a los sujetos
de derecho según unas normas universales, las disciplinas caracterizan,
clasifican, especializan, distribuyen a lo largo de una escala, reparten en
torno de una norma, jerarquizan recíprocamente los cuerpos; y en el limite,
descalifican e invalidan.
3- Estos
procedimientos alcanzan, desde el S XVIII un nivel en el que formación del
saber y aumento de poder se refuerzan regularmente. Hay un doble proceso:
desbloqueo epistemológico a partir de un afinamiento de las relaciones de poder
y multiplicación de los efectos de poder gracias a la formación y a la
acumulación de conocimientos nuevos. El S. XVIII inventó las técnicas de las
disciplinas y el examen, un poco como la Edad Media invento la investigación judicial.
La investigación ha sido fundamental para la constitución de las ciencias
empíricas. Lo que esta investigación fue para las ciencias de la naturaleza, el
análisis disciplinario lo ha sido para las ciencias del hombre.