7. Lugares
peligrosos: la violencia, el aislamiento y el estado
Una de las
mayores carencias del debate acerca de las relaciones entre “raza”, clase y
marginalidad en la metrópolis que ha resurgido en los EE.UU a finales de la
década de 1980 es la flagrante ausencia de toda perspectiva comparativa. Las
discusiones sobre la situación y el destino de los citadinos pobres, suscitadas
por el “descubrimiento” de una underclass. Se centraron en paradojas como la
del aumento de la miseria en el corazón de la metrópolis después de la campaña
d “guerra a la pobreza” de los años sesenta, estas paradojas reflejan los
puntos de anclaje de la ideología nacional más que una nueva realidad urbana.
La
comparación más elemental sobre encontrar los efectos de la asistencia sobre la
formación de familias pobres o la participación de sus miembros en el mercado
laboral establece que: 1) EE.UU no ha desarrollado aun un estado de bienestar
digno de ese nombre. 2) Los países postindustriales que ofrecen derechos
sociales más extendidos y disponen de sistemas de protección contra los riesgos
de la vida salarial bastante más generosos, muestran tasas inferiores de pobreza
y proporciones superiores de hogares “intactos” entre los pobres. Solo en EE.UU
se presume que la ayuda social es la causa de los males urbanos antes que su
solución.
Comparar las
“trincheras” urbanas
La ausencia
de un punto de vista internacional en relación con el cual evaluar la
trayectoria de la inner city ha estimulado a los analista a considerar como
dada la configuración muy particular de las “trincheras urbanas” estadounidenses.
Se trata de una pobreza racionalizada infligida a los negros. La perenne
pobreza de los citadinos afroamericanos tiene su raíz en este mecanismo
históricamente específico de encierro excluyente que es el gueto cuya
persistencia demuestra la constancia histórica del régimen de castas en los
EE.UU.
Este
capítulo busca ampliar el estudio de los lazos entre división racial,
desigualdad de clase y Estado en el espacio urbano por medio de una comparación
de estrictitas económicas, sociopolíticas y mentales de los barrios de
relegación en Francia y los EE.UU. El
texto marca dos rangos que distinguen a las trincheras urbanas del South Side
de Chicago y de las cités obreras en decadencia de Paris: 1) La violencia
pandémica 2) La destrucción de las instituciones públicas.
Las
banlieues son espacios “sociológicamente amorfos” que se extienden en la
periferia de la ciudad francesa, al igual que el gueto norteamericano son
territorios separados y estigmatizados. Además tanto uno como otro son
formaciones “institucionalmente incompletas” y heterónomas dentro de las cuales
“la consecución e valores de cambios está casi por completo en manos de agentes
externos. Las banlieues populares de Francia resultaban el equivalente
estructural de la inner city de los EE.UU.
El cinturón
rojo francés y los vestigios del cinturón negro histórico norteamericano se han
convertido cada uno en su propio orden nacional.
Wacquant en
el caso americano se centra en la ciudad
de Chicago y el barrio de Woodland. Para el francés en los barrios del cinturón
rojo, la zona de La Courneuville y dentro de esta la cíte de Quatre mille.
Tanto el
cinturón negro de Chicago como el cinturón rojo de Paris difieren mucho en su
organización morfológica y la condición social de su población: 1) La protección
social y la regulación de política sobre el mercado de trabajo y la vivienda en
Francia 2) La rígida segmentación racial que consigna a los negros en áreas
separadas en EE.UU, que es desconocida en Francia.
Delincuencia,
violencia callejera y contracción del espacio público
Ambas se las considera como lugares
peligrosos donde reina el vicio y la criminalidad descontrolada, donde la ley
se burla todo el tiempo y a las que hay que evitar tanto como se pueda. Pero
difieren en intensidad de las actividades criminales e ilegales que albergan,
asi también por su impacto en la vida cotidiana.
Delincuencia
juvenil y sensación de inseguridad en las cités del cinturón rojo
La cité de Quatre Mille adquirió la
reputación de “zona prohibida” porque se corren grandes riesgos al entrar. Pero esta imagen mediática no mantiene
vínculo alguno con la realidad cotidiana. Los jóvenes se suelen entregar al
vandalismo y a las refriegas callejeras. Esto no implica que se corran riesgos
al pasar por Quatre Mille. Quienes tienen un empleo aquí no sienten correr
riesgo alguno en su lugar de trabajo. Se llevan a cabo muchos delitos menores
en La Courneuve pero normalmente no sucede ningún asesinato. Sin embargo, reina
entre los residentes ese gran complejo de decadencia, una sensación de
inseguridad y de desconfianza. Desde las autoridades sostienen que el mayor
problema en Quatre Mille son las drogas consumidas mayormente por los jóvenes
sin empleo. El comercio de droga en La Courneuve no se parece en nada a la
economía paralela, que se ha desarrollado en el gueto norteamericano durante la
década de 1980. La gente de Quatre Mille establece una distinción entre los
robos cometidos dentro de la cité y los cometidos fuera de ella, es decir, que
se castiga a los que le roban a los “suyos”.
La violencia
callejera y la extinción del espacio público en el South Side de Chicago
La
violencia bajo sus formas brutales es tan intensa en el gueto de Chicago que ha
obligado a una reorganización completa de las relaciones y las actividades de
la vida cotidiana. Tanto que el homicidio se convirtió en la primera causa de
mortalidad entre los residentes del gueto llamado también por algunos
“genocidio de jóvenes negros”. Dubrow y Garbarino lo comparan con “una zona de
guerra donde los no combatientes huyen del frente”, los habitantes se encierran
en sus apartamentos y adecuan sus rutinas para limitar al mínimo sus
salidas. La calle se transforma en un
lugar donde los enfrentamientos violentos sirven de medida de honor y donde el
menor pretexto puede terminar en una demostración de brutalidad letal. Estar en
prisión se consideraba una variante de vida cotidiana.
En la cité
francesa, la delincuencia es una fuente de preocupación y la violencia publica
está limitada en cambio en el gueto estadounidense la criminalidad es más
económica que lúdica y la violencia resulta pandémica.
Aislamiento
institucional contra desertificación organizacional
Un factor importante es el grado en
el que albergan instituciones capaces de satisfacer a las necesidades básicas
de sus habitantes e incorporarlos a la sociedad global. Las cités obreras
francesas cuentan con una buena cantidad de instituciones de la administración pública
y de servicios de proximidad, mientras que el gueto norteamericano ha sufrido
un proceso de desertificación institucional inducido directamente por la
abdicación del Estado.
Densidad
Organizacional y aislamiento institucional en la cité de Quatre mille
A los ojos de sus habitantes, Quatre
Mille es un lugar “vacío” donde los equipamientos colectivos de base y los
servicios públicos están ausentes. Sin embargo, las instituciones dominantes
están lejos de hallarse ausentes de la cité. Jardines de infantes, servicios médicos,
sociales y equipamientos culturales están dentro de la cité. Como lo señala
Avery “las estructuras sociales de comunicación abundan” en Quatre Mille. A
pesar de esto tiene un alto nivel de desocupación y una decadencia comercial
debida a la despoblación. Hay una gran ineficiencia e indiferencia de las
instituciones públicas. Esto lleva a que los residentes pierdan tiempo en los
meandros de las burocracias locales lo que como contrapartida convierte a la
cité en lo que Avery llama una “zona de imposibilidad”. La dependencia y la
insatisfacción con las instituciones públicas se refuerzan mutuamente.
Paradójicamente, la sobrerrepresentación de los organismos y los equipamientos
públicos en la cité del cinturón rojo, contribuye a difamar más al barrio y a
agudizar la sensación de aislamiento y de descontento que prevalece en sus
habitantes. El estado francés se encuentra asi en una situación inextricable
donde cuanto más interviene se revela mayor su incapacidad para encontrarle
solución a la marginación económica.
Decadencia
del sector público y desertificación organizacional del gueto
Desde los
años setenta, los guetos de Chicago han debido enfrentar el retiro masivo y
generalizado del sector social del Estado. El resultado fue un deterioro de los
equipamientos públicos y una descomposición del tejido organizacional del
gueto. Además, las acciones de la cuidad estaban orientadas a apoyar a las
clases superiores. Los poderes públicos no están en condiciones de conseguir
los servicios municipales elementales que los habitantes de los barrios
externos al cinturón negro consideraban dados. Por el crecimiento de los actos
criminales el sistema judicial también estaba sobrepasado. En materia salud, la
mayoría de los hospitales y clínicas públicas del South side cerraron sus
puertas durante la década de 1980. La mayoría de las iglesias habían cerrado
sus puertas y las que sobrevivían se preocupaban por compensar la penuria de
los servicios públicos. Ninguna institución encarna mejor el debilitamiento organizacional
y abandono político que afecta al gueto estadounidense que la escuela pública.
En
principio, el sistema público de enseñanza de chicago se convirtió en una
reserva escolar para minorías pobres. Además los niños les era difícil seguir
sus estudios en establecimientos superpoblados, docentes poco calificados y
equipo escolar escaso y deteriorado. Resultaba difícil para los adolescentes
del gueto imaginar que podían ir a la universidad.
Todo sucede
como si las políticas del Estado y de la ciudad tuvieran como objetivo
desvalorizar las instituciones públicas para poder favorecer la huida hacia el
sector privado.
La política
de retirada del gueto seguida por los poderes públicos es una causa y
componente esencial de la desertificación organizacional que vació el cinturón
negro de sus instituciones formales.
Conclusión: Reafirmar las
obligaciones del Estado
Las
instituciones públicas del gueto estadounidense quedaron abandonadas al espiral
de degradación, al punto que agravan su estigmatización y afirman su exclusión.
El aislamiento de los parias urbanos norteamericanos es producto de un proceso
activo de desidia institucional y de
segregación favorecido por el hundimiento del sector público. Como lo muestra
Simon en el caso de la banlieue obrera francesa en tanto las instituciones
públicas tengan la capacidad de asegurar sus servicios, la concentración de
pobres en enclaves urbanos aislados puede facilitar la acumulación de capital
social y el entrelazado de las redes de sociabilidad que son una base esencial
para la subsistencia del subproletariado. El análisis comparativo del peligro y
del aislamiento del estado en el cinturón rojo francés y el cinturón negro en
los EE.UU indica con claridad que la retirada del Estado multiplica las consecuencias
destructivas de la dualización social para las clases populares y juega un
papel determinante en la intensificación de su desposesión.