Una
“desorganización organizada”: La
estructura del partido Peronista en la década del ‘90.
El
autor propone una mirada del PJ distinta a la de una organización de
masas populista y movimientista, afirmada en la clase obrera y sectores populares,
carente de una autoridad central y una burocracia eficaz.
Dice
que son estas características, las que
llevaron a los estudiosos a concluir que la estructura organizativa del PJ es
inoperante e incluso inexistente sostenida por sus dirigentes, por medio de
relaciones personalistas y en gran medida directas con las bases.
En
su lugar propone caracterizar al PJ como un partido informal de masas, es decir
un partido que preserva una numerosa cantidad de afiliados, una amplia
organización a nivel de bases y un vínculo profundo con la clase obrera y los
sectores populares, no obstante el PJ a diferencia de los partidos
tradicionales como los socialdemócratas y comunistas europeos, posee una
organización informal y un bajo nivel de rutinización.
La
informalidad radica en que la mayoría de sus subunidades están por fuera de la
estructura formal, no figuran en los estatutos o registros del partido, por
ende permanecen desvinculadas e
independientes, como los sindicatos, clubes, organizaciones no oficiales e
incluso las casas de los activistas.
Por
otro lado el bajo nivel de rutinización se debe a que sus procedimientos
internos no son conocidos aceptados ni acatados a nivel general, sino que son
fluidos, cuestionados ,invadidos e ignorados.
La notoria capacidad de adaptación radica en
la combinación de fuerte arraigo social con fluidez interna.
Se
divide el capítulo en dos secciones la primera describe la organización actual
del PJ y su funcionamiento interno, destacando que:
·
Este exhibe rasgos
característicos de su organización movimientista posterior a 1955
·
Las subunidades siguen
organizándose de manera autónoma carente de una estructura de autoridad suprema
que coordine y discipline las subunidades.
·
Los cuerpos de
conducción formal carecen de autoridad independiente, ni los dirigentes ni las
organizaciones de menor nivel los toman en serio.
·
La jerarquía de la
conducción se mantiene fluida y no tiene filtros burocráticos, carreras
políticas estables ni patrones seguros de permanencia en los cargos.
·
Las reglas de la
participación sindical siguen siendo informales, controvertidas e inestables.
En
la segunda parte del capítulo se propone que si bien esta estructura fluida es
ineficiente y limita seriamente la capacidad para representar y canalizar en
forma eficaz las demandas de grupos que los apoyan, también brinda nivel
considerable de flexibilidad estratégica, que permite, a su vez, adaptarse a los
cambios del entorno o a las crisis externas en un grado poco común entre
partidos de base sindical establecidos
Un
partido de masas informal
El
PJ se encuentra estructurado formalmente de acuerdo con las líneas rectoras
establecidas por la renovación en la década de 1980, esto significa que en
teoría la organización del PJ no difiere en nada de la de muchos partidos de
masas europeos.
La
jerarquía formal consta de 4 niveles: 1) conducción nacional (Congreso
partidario y consejo nacional)- 2) filiales provinciales, gobernadas por
consejos provinciales- 3) filiales municipales, regidas por consejos
municipales- 4) las unidades básicas.
No
obstante, en la práctica la organización del PJ difiere de modo considerable de
los estatutos, Según Juan José Álvarez, intendente de Hurlingam (1997), el
partido preserva una “organización desorganizada”. Las
subunidades peronistas siguen operando al margen de la estructura partidaria.
Una
organización de masas
En
la actualidad ningún partido tiene el nivel de afiliados permanentes alcanzado
por los partidos de masa europeos de fines del siglo XIX, sin embargo:
·
El PJ, preserva lo que
se define como una organización de masas amplia y sólidamente arraigada,
·
Conserva una densa
infraestructura organizativa, en particular, en los barrios de la clase obrera
y sectores populares
·
Mantiene vínculos
solidos con la clase obrera y sectores populares mediante relación con diversas
organizaciones formales e informales (organizaciones locales- dirigentes
naturales)
·
El PJ, también está ligado
a movimientos sociales urbanos: como movimientos de ocupantes ilegales de
tierras y organizaciones de villas de emergencia.
·
Las organizaciones de
base del PJ también están relacionadas con una variedad de entidades no
oficiales, como las sociedades de fomento, las cooperadoras escolares, los
centros de salud , las asociaciones de mujeres y comedores municipales
·
Las organizaciones
peronistas tienen vastos vínculos con clubes locales, de futbol y en especial
de la B o segunda división. Hinchas actúan como medio importante para la
captación de activistas en el partido.
Esta
infraestructura de unidades básicas, sindicatos, organizaciones no oficiales y
redes sociales informales, permite al PJ mantener presencia política en zonas
de clase obrera y los sectores populares que se caracterizan por la persistencia de una
fuerte identidad y subcultura peronistas, es decir un conjunto de elementos
comunes – lenguaje, tradiciones, símbolos, creencias, practicas organizativas e
interpretaciones históricas.
Una
organización informal
Los
vínculos del PJ con las masas siguen siendo informales y descentralizados, el
poder, recursos, información e inclusive las carreras políticas se manejan
desde subunidades informales con organización propia, cuyos lazos recíprocos y
con la burocracia partidaria son débiles e intermitentes.
El
autor explica de qué modo el PJ mantuvo una organización informal en tanto que el poder y los recursos son administrados
por subgrupos autónomos que operan al margen de la burocracia partidaria.
Organización
Barrial: Unidad Básica
Son
el órgano primario del partido, constituyen las filiales barriales desde las
que operan los activistas, de acuerdo con los estatutos del partido la UB
forman parte de la burocracia partidaria: deben estar registradas en los
consejos partidarios locales y sujetas a la autoridad directa de estos.
No
Obstante, en la práctica:
·
Las UB son autónomas.
El partido no las crea ni es propietario de sus oficinas, los activistas las
fundan por su cuenta
·
Las burocracias partidarias
locales no solo no tienen el control sobre el número de UB existentes ni el
lugar en que se hallan ubicadas, sino que ni siquiera llevan registro de las
que se encuentran en su jurisdicción.
·
Casi todas realizan un
conjunto de actividades centrales, que incluyen la afiliación de nuevos
miembros, la participación en elecciones internas y la organización de campañas
para las elecciones generales.
·
En los periodos que transcurren entre las
diferentes elecciones, la mayoría cumplen el papel de intermediarios entre sus
barrios y las facciones o agrupaciones locales.
·
Por un lado, la mayor
parte busca maximizar su apoyo dentro del barrio, tarea que suele implicar la
distribución de recursos materiales.
·
Casi todos los punteros
intentan tener mayor acceso a los recursos del Estado y del partido.
·
Su principal moneda de
cambio es el control que poseen sobre los votos en elecciones internas.
·
El puntero busca
aumentar el número de votos que puede considerar controlables, para construir
la clientela entabla vínculos personales, emplea persuasión y ofrece beneficios
materiales. Luego utiliza los votos obtenidos para negociar con políticos
locales, quienes le ofrecen puestos públicos y otros recursos estatales a
cambio de su apoyo.
Adoptan
diversas formas: algunas se adaptan a los estatutos partidarios y otras como
grupos de trabajo informales, o asociaciones cívicas como también centros
comunitarios.
Las
organizaciones locales del PJ consisten pues, en una mezcla heterogénea de UB,
grupos de trabajo, organizaciones cívicas y
otras entidades sin fines de lucro. Por ejemplo, en el barrio de Villa
Lugano, de la Capital Federal, la infraestructura de una de las facciones
políticas más importantes incluía un centro comunitario y varios grupos de
trabajo, mientras que en Quilmes el sector denominado Lealtad, incluía un grupo
eclesiástico, una asociación de madres, un grupo que luchaba a favor de los
derechos de los niños y diversos centros comunitarios.
Organizaciones
del nivel municipal
Las
UB se vinculan con el partido mediante organizaciones informales denominadas “agrupaciones”.
Estas son conjuntos de UB que compiten por el poder partidario local. Pueden
estar a cargo de funcionarios públicos, concejales, legisladores provinciales o
nacionales, sindicatos públicos o políticos de otras localidades que intentan
establecerse en la zona. El número de UB que las conforman se extiende desde
cuatro o cinco hasta cien, pero la mayoría abarca entre diez y treinta.
Solo
algunas poseen influencia política.
·
Presentan estructuras
organizativas bastante diversas: bajo y alto nivel de organización.
·
Construyen alianzas con los punteros por vía
de la municipalidad.
·
La mayoría cuentan con patronazgo estatal.
·
Para financiarlas, los funcionarios utilizan
las coimas, recursos de organismos estatales que dirigen y los puestos
políticos.
·
Las agrupaciones son informales,
no figuran en los estatutos del partido y las oficinas partidarias locales, por
lo general, no las tienen registradas.
·
Se organizan y se financian por si mismas
gozan de una autonomía sustancial.
·
No tienen obligación de adaptarse a los dictámenes
de los estatutos ni de las decisiones de las autoridades locales.
·
A pesar de su
informalidad, funcionan como la organización partidaria peronista de facto.
·
Son ellas y no la burocracia partidaria, las
que vinculan al PJ con sus activistas de base.
·
Administran la enorme cantidad de recursos que
tiene el partido, en particular el patronazgo y otras formas no reguladas de
financiamiento
·
Como resultado tienen
mucho más dinero que el propio partido.
·
Las agrupaciones se
encargan de la mayor parte del trabajo de movilización.
·
Poseen mayor capacidad que la burocracia
partidaria para imponer disciplina a los dirigentes locales.
·
Inclusive las carreras políticas se construyen
a través de las agrupaciones.
·
Se encargan casi por
completo de reclutar dirigentes y seleccionar candidatos , de modo tal que los
políticos noveles para aumentar su prestigio prefieren invertir en ellas que en
la burocracia partidaria.
Organización
partidaria a nivel Provincial
Las
agrupaciones, forman parte de líneas internas o facciones provinciales que
compiten entre sí. Por lo general son creadas y dirigidas por funcionarios
públicos, como gobernadores, miembros del gabinete nacional o provincial, o
legisladores.
·
La
principal moneda de cambio entre las facciones provinciales y las agrupaciones
es el patronazgo: las agrupaciones ofrecen votos a cambio de puestos en los
gobiernos provinciales o listas legislativas nacionales o provinciales.
·
Varían en materia de estructura organizativa,
nivel bajo o alto de organización.
·
Algunas
tienen conducción colectiva y presentan perfiles coherentes, pero la mayoría
son personalistas y adoptan el nombre de su principal dirigente.
·
Administran
el poder, recursos y carreras políticas, en lugar de que lo haga la burocracia
partidaria, como resultado las autoridades provinciales tienden a debilitarse.
·
Donde el
partido ejerce control sobre la gobernación, filiales tienden a conformar
aparatos políticos centralizados, en las provinciales periféricas dirigentes
operaban de forma tradicional, en la medida que se basaban en lazos personales
y familiares, como en el clientelismo.
·
Si el PJ no
está en el poder, es más difícil que un único dirigente alcance un control
clientelista del partido, en lugar de ello, las facciones dirigidas por
intendentes, legisladores nacionales o provinciales o miembros del gobierno
nacional compiten por obtener poder en el partido.
La política
continua basándose en el patronazgo pero en lugar de consolidarse como un único
aparato centralizado, el partido mantiene su pluralidad y competencia interna.
La
organización nacional: ausencia de vínculos
horizontales y verticales
El
PJ No posee estructura nacional, los cuerpos de autoridad partidaria formal son
débiles y en gran medida inoperantes, el Consejo Nacional en la práctica es un
órgano vacío. Sus oficinas están despobladas, y carece de recursos, personal
profesional de tiempo completo e, inclusive, de información básica sobre las
actividades de las filiales.
·
La organización
nacional del PJ carece de fuerts vínculos horizontales y verticales
· Como los jefes
provinciales no están ligados horizontalmente mediante mecanismos estables, las
corrientes que operan a nivel nacional tienden a ser débiles y efímeras.
· La ausencia de estos
vínculos hace que el PJ se fragmente y descentralice cuando no participa del
gobierno nacional.
· Cuando controla el ejecutivo, normalmente
adopta una forma más centralizada, en esos casos las líneas de autoridad pasan
por el poder ejecutivo antes que la burocracia partidaria.
·
Al carecer de recursos
o de autoridad independiente para competir con los dirigentes que están en el
gobierno, la jerarquía formal partidaria deja de funcionar, como resultado el
gobierno asume el control del partido.
En
resumen la organización actual del PJ es informal y descentralizada. Su
estructura burocrática formal es, en gran medida, inoperante y ejerce poco
control sobre las organizaciones partidarias de menor nivel. En este sentido,
la estructura del PJ, comparte importantes características con los partidos
clientelistas Brasileños descriptos por Mainwaring ( 1999,pp 153-165) y con la
maquinaria partidaria Estadounidense descripta por estudiosos como Key ( 1949),
Eldersveld(1964) y Mayhew (1986). Difiere notablemente de los partidos más
centralizados y burocráticos, como la AD Venezolanay los partidos comunistas Francés
y Chileno, en los que la burocracia central mantiene un control estricto de las
organizaciones partidarias locales.
Reglas
y procedimientos internos poco rutinizados
En
la década del 90, las reglas que determinan el modo de organización y
funcionamiento del PJ mantuvieron un bajo nivel de rutinizacion,
·
Los dirigentes del
partido en lugar de incorporar los estatutos a su actividad política, los
consideran un instrumento.
·
Las reglas establecidas por estatutos no solo
son a menudo ignoradas, sino que presentan un alto grado de fluidez.
·
Las reglas se modifican “de acuerdo con las
necesidades de los dirigentes”
La
ausencia relativa de rutinizacion puede observarse en 3 aspectos de la
actividad partidaria: 1) autoridad de los cuerpos de conducción, 2) carreras
políticas y el cambio de dirigentes y 3) vínculo entre partido y los
sindicatos.
Cuerpos de conducción partidaria:
Ausencia de una autoridad aceptada.
Según los estatutos, el Congreso
Nacional y el Consejo Nacional son las máximas autoridades del PJ y
responsables de resolver los conflictos internos, desarrollar el programa y
dirigir las campañas electorales del partido.
Sin embargo:
·
Consejo Nacional nunca
logro establecerse como el centro final de toma de decisiones.
·
No posee autoridad autónoma respecto de los
dirigentes partidarios con cargos oficiales.
·
Se lo ignora, en particular cuando el PJ
controla el Ejecutivo.
En
definitiva, la falta de autoridad autónoma de los órganos de conducción se
manifiesta en la creación continua de los cuerpos paralelos ad hoc que asumen
funciones formalmente reservadas al consejo nacional o el congreso partidario,
En 1983, la mayoría de las decisiones se realizaban en reuniones cumbre
informales al margen del CN.
La
debilidad de los cuerpos de conducción formales del PJ permite inferir una
analogía con los partido clientelistas mas importantes de Brasil ( Mainwaring
1999, pp 153-5). Este rasgo distingue al PJ de la mayoría de los partidos de base sindical europeos , asi
como también de los partidos de base sindical de América Latina como , el
partido de los trabajadores ( PT) Brasileño, e incluso el PRI Mexicano. Además
establece una diferencia entre el PJ y la UCR, ya que en esta última, la
Convención Nacional y otras autoridades partidarias formales cumplen un papel
sustancial.
La
Jerarquía partidaria:
Carreras
políticas y selección de dirigentes
En
el PJ, también presentan un bajo nivel de rutinizacion las reglas de la
promoción política, la permanencia de los cargos y la selección de dirigentes y
candidatos.
·
Los dirigentes pueden
ser destituidos de sus cargos partidarios con la misma facilidad con que
ascienden a ellos.
·
No existen cargos
permanentes.
·
Los estatutos disponen
la renovación de los cuerpos de conducción cada cuatro año pero esto rara vez
se respeta
·
Las reglas y
procedimientos que regulan procesos de selección de dirigentes y candidatos
están también débilmente rutinizadas.
·
Las elecciones internas
son con frecuencia ignoradas y reemplazadas por listas de unidad
·
En algunos casos se
cancela la elección interna y el congreso partidario local proclama candidatos,
en otros casos los caudillos partidarios modifican las listas después de las
elecciones, en algunos la conducción nacional interviene para imponer
candidatos.
·
Las elecciones internas nacionales son más
infrecuentes todavía.
La fluidez de la jerarquía del PJ
contrasta claramente con lo que ocurre en otros partidos de base sindical en América
Latina, en ellos no suele ocurrir que personas ajenas al partido ocupen altos
cargos o escalen posiciones importantes en la conducción y, por lo general , es
difícil destituir a los dirigentes de la vieja guardia.
El vínculo entre el partido y los
sindicatos
Un tercer aspecto poco rutinizado, es el
vínculo entre el partido y los sindicatos, la mayoría de los partidos de base
sindical de Europa o America Latina, se
caracterizan por poseer normas y reglamentos relativamente estables.
El vínculo que el PJ mantiene con los
sindicatos es notablemente distinto, los sindicatos constituyeron un pilar
importante de la coalición peronista hasta fines del 80, pero el lazo que el
partido mantuvo con ellos nunca se rutinizó. Desde el 60 al 80 la participación
sindical se canalizo mediante dos mecanismos informales corporativos: las “62
organizaciones” y el sistema del tercio, mediante el cual los sindicatos tenían
derecho a designar un tercio de los candidatos y dirigentes del partido.
Ninguno de estos mecanismos figuraban en
los estatutos y ninguno de ellos era respetado cabalmente.
En resumen a comienzos de la década del
90 , el PJ seguía siendo un partido de masas informal y poco rutinizado, pese
al proceso de partidización posterior a 1983, y las reformas democratizantes
llevadas a cabo por los renovadores.
Mantenía una poderosa organización de
masas, pero nunca desarrollo una burocracia central.
Como resultado el PJ actual continua
siendo informal, segmentado y descentralizado.
Consecuencias del bajo nivel de
rutinizacion: Caos y flexibilidad
En el caso del Peronismo la estructura poco
rutinizada del PJ trajo aparejado un importante grado de ineficacia organizativa
y con frecuencia provocó situaciones caóticas. Particularmente, cuando no está
en el gobierno tiende a sufrir crisis institucionales, como el cuestionamiento
de estructuras de autoridad, enfrentamiento entre conducciones paralelas que
reclaman autoridad y prolongados conflictos relativos a reglas internas.
La falta de consenso en torno a las reglas
para selección de dirigentes y candidatos produce habitualmente divisiones
dentro del partido, como resultado dos o más partidos peronistas compiten entre
sí en una elección determinada.
Cuando
el nivel de rutinizacion es bajo, se ven afectadas la rendición de cuentas
interna, y la calidad y eficacia de la representación del partido.
No obstante también genera un notable grado de
flexibilidad. El PJ es flexible en dos
sentidos:
·
Al poseer una arraigada
base de masas, goza de un reservorio de relativa estabilidad que le permite
innovar sin sufrir defecciones electorales masivas en lo inmediato, colchón
electoral que trae aparejadas importantes ventajas: en el ámbito de
identificación reduce el riesgo de que el partido tenga que aventurarse en el
ámbito de la competencia.
·
La base estable a nivel
de masas del PJ no está acompañada por una falta de flexibilidad estratégica.
Más bien, la estructura partidaria informal y poco rutinizada le otorga al
partido un notable grado de capacidad para la innovación, específicamente tres aspectos de la estructura
del PJ brindan al partido un grado de flexibilidad estratégica que, otros
partidos burocráticos de masas no presentan, 1) flexibilidad estructural, 2)
fluidez burocrática, y 3) autonomía mutua entre los órganos de mayor y menor
nivel.
Flexibilidad
estructural.
En
primer lugar, los rasgos claves de la estructura organizativa de PJ son fáciles
de modificar, existen pocas piezas fijas y como resultado tiende a ser menos
fija la estructura. Ningún aspecto de la organización se da por sentado o es
reforzado por poderosos intereses creados. De ahí que puedan ser modificados o
eliminados con facilidad sin mayor resistencia dentro del partido.
En
lugar de tener una forma fija, la organización del PJ es relativamente
moldeable y se la altera más o menos, según los objetivos de los actores
partidarios dominantes.
En
lugar de adherir a determinadas
estrategias organizativas, los dirigentes locales y nacionales permiten la
creación de otras nuevas y de hecho experimentan con ellas constantemente.
Fluidez
burocrática:
La
jerarquía del PJ se caracteriza por una fluidez sustancial, lo que permite el cambio
rápido y completo de la dirigencia.
Los
dirigentes pueden ser destituidos de
altos cargos partidarios con la misma rapidez con la que los alcanzan, los
cambios del PJ suelen implicar una “limpieza completa” de la vieja guardia
dirigente que conforma el CN.
La amenaza del cambio de dirigentes es
importante como el cambio en sí. Como los dirigentes de la vieja guardia no
gozan de un seguro de permanencia en cargos jerárquicos del partido, para
preservarlos deben cultivar el respaldo de los que detentan verdaderamente el
poder, que son, en general , los que
ocupan cargos públicos.
Autonomía mutua entre órganos de
mayor y menor nivel:
Los dirigentes del PJ, en particular los
que ocupan cargos públicos, gozan de una autonomía sustancial con relación a la
jerarquía del partido, que proviene de 2 fuentes:
·
Los cuerpos de
conducción formal carecen de autoridad establecida y la burocracia no posee ni
recursos requeridos por políticos para avanzar en su carrera ni patrones de permanencia en
cargos que permitan conservarla. Por lo tanto cuando el PJ está en el poder tiende a ser vulnerable a cooptación del
Estado.
·
La naturaleza
fragmentaria de la organización alimenta la autonomía de los dirigentes. Algunos
teóricos afirman que cuando existen lazos horizontales fuertes entre actores de
una misma posición estructural es posible generar un grupo cohesionado, con una
visión compartida de sus intereses colectivos ( Knoke ,1990 pp11-12- Duverguer
1954/1963, pp 48-50) se presume que las
relaciones centro-periferia tienden a surgir en partidos que carecen de
estructuras eficaces para vincular horizontalmente a dirigentes secundarios y
regularizar su unión el PJ constituye un claro ejemplo de este fenómeno.
·
Los dirigentes peronistas de menor nivel tienen dificultades para actuar
de manera colectiva a fin de controlar el manejo del poder por parte de dirigentes
que ocupan cargos públicos. En consecuencia, estos últimos cuentan generalmente
con mucho margen de maniobra para desarrollar y poner en práctica sus
estrategias.
·
La estructura fragmentaria del PJ otorga a los dirigentes una autonomía
sustancial con relación a dirigentes secundarios, pero esa autonomía funciona
en ambos sentidos.
·
Los dirigentes partidarios carecen de
mecanismos eficaces para imponer disciplina a las subunidades del partido.
·
La autonomía en el plano local se ve reforzada
por la estructura federal del país, que permite a dirigentes locales y
provinciales que ocupan cargos públicos establecer bases de patronazgo
independientes.
·
El PJ exhibe un notable
grado de tolerancia y diversidad internas, de hecho funciona como una gran red
organizativa que contiene en su seno elementos divergentes y con frecuencia
contradictorios.
·
El sistema descentralizado de las agrupaciones
cumple en el PJ una función similar ya que ofrece a activistas ámbitos en los
que pueden poner en práctica su propia concepción del peronismo, mas allá de
los desacuerdos que tengan con el partido nacional.
·
Esta disociación entre conducción y
organizaciones de base brinda al PJ importante ventaja en competencia
electoral, permite a la conducción perseguir estrategias electorales orientadas
hacia el exterior, a votantes independientes, designación de candidatos
externos, formación de alianzas con partidos de ideologías disimiles y
aplicación de políticas públicas diferentes de las que presenta el programa
nacional.
En suma el PJ exhibe grado sustancial de
fluidez organizativa. Mientras que las estructuras y programas organizativos de
los partidos burocratizados o rutinizados tienden a ser fijos , los dirigentes
del PJ suelen contar con la capacidad de
modificar, tanto la estructura como su estrategia del partido a fin de reaccionar
ante los desafíos que plantea el entorno.
Cuando las reglas del partido o sus
modalidades de organización obstaculizan la realización de objetivos a corto
plazo , se las modifica o elimina sin mayor discusión.
Cuando la composición de los cuerpos de
conducción formal no se corresponde con el equilibrio de poder real dentro del
partido, se los ignora recurriendo a organizaciones paralelas informales o bien
se los recompone rápidamente
Una estructura interna fluida no
garantiza que los dirigentes del PJ escojan las estrategias adaptativas adecuadas, pero
facilita su búsqueda e implementación.